Por más que se estire, el billete de un dólar empieza a rendir cada vez menos, dado el aumento sostenido de los precios de varios artículos de consumo en los últimos meses. Esto ha llevado a algunos especialistas a preguntarse si nos estamos acercando a una era en la que el billete de $2 está a punto de convertirse en «el nuevo dólar».
La vertiginosa inflación del país, que en agosto pasado llegó al 8,3% interanual, está liderando Poco a poco se hace más difícil comprar mucho con un dólar en estos días.
En algunos puestos de comida ha desaparecido la pizza de $1 dólar, mientras que, por otro lado, las tiendas de dólar ya no ofrecen las mismas ofertas que antes, aunque no han dejado de ser atractivas para un sector de la población.
¿Significa esto que ahora tiene más sentido empezar a pagar con billetes de $2?
Si bien es una de las denominaciones más infravaloradas por muchos estadounidenses, –ante mitos como que son raros, no se imprimen o han dejado de circular–, el billete de $2 dólares puede representar una opción más ligera para llevar en la cartera, más limpia y eficiente.
Estas notas tienden a usarse con poca frecuencia y duran más en circulación. La Reserva Federal normalmente los ordena cada pocos años y tiene un inventario bajo. En realidad, representan sólo el 0,001% del valor de los 2 billones de dólares en circulaciónsegún CNN.
En 2020, había 1.400 millones de billetes de $2 en circulación. Se estima que a lo largo de 2020 el Negociado de Grabado e Impresión (BEP) del Departamento de Hacienda, imprime hasta 204 millones de billetes de $2 dólaressegún el Sistema de la Reserva Federal.
La primera vez que se utilizó el billete fue en 1862 cuando el gobierno federal comenzó a imprimir papel moneda. En ellos apareció el retrato de Alexander Hamilton hasta que en 1869 fue sustituido por Thomas Jefferson.
La bloguera de Two Buckaroo, Heather McCabe, dijo que muchos estadounidenses tienen algunas suposiciones bastante dudosas sobre el proyecto de ley, siempre y cuando no lo usen.
Durante la década de 1920 se creía que quien se sentara en un juego de azar con este billete tendría mala suerte. Algunas personas supersticiosas arrancarían las esquinas del billete para «revertir» la supuesta maldición haciendo que los billetes quedaran inservibles.
A principios del siglo pasado, el Departamento del Tesoro intentó popularizar el uso del billete en varias ocasiones, sin tener el éxito deseado. Hasta 1966 dejó de imprimirlos «por falta de demanda del público», pero una década después diseñó una nueva serie aludiendo a la firma de la Declaración de Independencia en el reverso. El nuevo lanzamiento tampoco tuvo un buen impacto.
Hay posibles explicaciones para el poco uso del billete. Algunos dicen que Los estadounidenses están acostumbrados a usar múltiplos de $1 y $5otros señalan que las cajas registradoras no tenían espacios para guardarlas, según sus primeros diseños.
Lo que sí es un hecho es que, en plena inflación, llevarlos puede ser sinónimo de mayor practicidad.
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