La economía de América Latina y el Caribe resistirá este año mejor que otros impactos globales como la guerra de Ucrania, aunque no escapará a la desaceleración económica mundial y sentirá más sus efectos en 2023.
Así lo entiende el Fondo Económico Internacional (FMI), que publicó la revisión de sus previsiones económicas, y que ahora calcula que la región crecerá un 3% este año, medio punto más de lo estimado en abril. Para 2023, también empeora medio punto su previsión, dejándola en el 2%.
En una entrevista con Efe, la subdirectora del Departamento de Estudios del Fondo, Petya Koeva, destaca que hay muchos «matices» a tener en cuenta dependiendo de cada país latinoamericano, pero en su conjunto la región «no escapará» a este freno. en 2023.
En el informe, América Latina es una de las pocas regiones que ha visto mejorar su previsión y que, por tanto, es más resistente a la inestabilidad de la economía mundial, marcada por la ralentización de los motores económicos mundiales -Estados Unidos, China y la zona euro-. – por los efectos de la guerra en Ucrania, alta inflación y problemas de abastecimiento, entre otras razones.
LAS GRANDES ECONOMÍAS DE LA REGIÓN EMPUJAN
El informe explica que la revisión al alza del conjunto de la región se debe a «una recuperación más sólida de las grandes economías (Brasil, México, Colombia, Chile)».
En cifras concretas, la revisión de julio solo incluye las de las dos principales economías de la región, Brasil y México, y en ambos casos mejora la estimación para este año y empeora la de 2023.
En Brasil, la economía crecerá 1,7% este año, 9 décimas más de lo previsto en abril, y 1,1% el próximo año, 3 décimas menos, mientras que México crecerá 2,4% este año (4 décimas más) y 1,2% el próximo ( 1,3 puntos menos).
En la entrevista con Efe, Koeva explica que el Fondo ha visto una mejora mayor a la esperada en el primer semestre de este año en América Latina gracias, en muchos casos, a la reapertura de la economía tras la pandemia o al alza del coste de materiales primas que salen de esta región.
Pero advirtió que en su análisis para la segunda mitad del año ya se prevé un «debilitamiento» económico que continuará en 2023 porque será cuando los efectos globales comiencen a sentirse en mayor medida.
EL DEBILITAMIENTO INEVITABLE
«No podrán evitarlo», dijo Koeva, quien también consideró que estos países también «tendrán que endurecer» su política monetaria para combatir la inflación, que es «un problema» en muchas de estas naciones, y cuando lo hagan por lo que también sentirán los efectos de la desaceleración como en otras partes del mundo.
En su informe de abril (en el publicado este martes no hay nuevas previsiones del IPC), el FMI ya ha reconocido que aunque América Latina y el Caribe tiene menos vínculos directos con Europa, prevé que la región se vea más afectada por la inflación y el endurecimiento de políticas fiscales.
En concreto, prevé una inflación para el conjunto de la región del 13,7% en 2022 y del 10,1% en 2023, frente al 12,1% de 2021.
Los datos publicados este martes muestran que América Latina y el Caribe es una de las pocas regiones que no está sufriendo drásticamente las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania.
VENTANAS DE OPORTUNIDAD
A preguntas de Efe, el subdirector del Departamento de Estudios del FMI reconoce que algunos países latinoamericanos «efectivamente» tienen una «canasta exportadora» similar a las de Rusia o Ucrania y podrían aprovechar la coyuntura adversa que atraviesan estos países para mejorar sus relaciones exteriores. comercio de determinados productos.
Y aunque reconoció que podría tener una «fuerte presencia» en los mercados globales, los países que apuesten por ella tendrían que dedicarle «mucha inversión», y eso lleva tiempo en materializarse. Además, señaló como negativo el hecho de que una quinta parte de los fertilizantes que se utilizan en la región son importados de Rusia.
Por eso consideró que es «temprano» para calcularlo, pero es «ciertamente una oportunidad».