El menú de Popeyes, la famosa cadena de comida rápida de pollo frito, está lleno de alimentos que los consumidores dicen que son deliciosos pero poco saludables; sin embargo, esto no es un problema para sus ejecutivos
Según la plataforma VeryWellFit, el menú de Popeyes ofrece comidas altas en calorías, grasas y sodio.
Foto: Scott Olson/Getty Images
El menú de la cadena de comida rápida Popeyes es lleno de opciones que se consideran poco saludables y que no sean un problema para sus ejecutivos.
Sí, el restaurante sabe que sus platos no entran precisamente en la categoría de comida saludable; sin embargo, eso es exactamente lo que no quieren, porque saben lo que quieren sus fans cuando entran a uno de sus restaurantes.
Pero no es que la cadena, famosa por su pollo frito, no esté interesada en cambiar. De hecho, en 2015, Popeyes intentó modificar su menú y agregar algunos elementos saludables.
El experimento buscaba ofrecer opciones que no fueran fritas, según el sitio especializado Mashed; es decir, pollo asado; a pesar de eso, nunca fueron bien recibidos por los consumidores.
Según la directora ejecutiva de Popeyes, Cheryl Bachelder, el intento de ofrecer comidas no fritas no funcionó y no se alineó con los objetivos corporativos de la cadena de comida rápida.
“La gente está comiendo mucho pollo al horno y asado en casa. Ya nadie hace este tipo de comida en casa”, dijo Bachelder al Financial Post en 2015.
Ese comentario refleja por qué Popeyes no cambiará su menú por uno con productos considerados saludables: a los consumidores les encanta el pollo frito y sus guarnicionesque no pueden conseguir en casa.
“Me gusta decir que comemos comida sana y aburrida en casay comemos cosas como Popeyes cuando salimos a disfrutar de una velada especial”, abundó al respecto el CEO de Popeyes.
Recientemente, Popeyes anunció promociones de bocadillos de pollo frito gratis durante el verano, como una de las últimas confirmaciones de que este tipo de comida poco saludable seguirá siendo su target.
Popeyes sabe lo que buscan sus consumidores
El ejercicio sirvió a la cadena para confirmar qué quieren sus consumidores cuando acuden a una de sus sucursales: quieren pollo fritono algún otro alimento que caiga en la categoría saludable.
Pero eso no es todo, hay una razón mucho más corporativa de por qué la cadena no buscará cambiar su menú, ya sea por uno saludable u otro tipo.
Esto tiene que ver con, en 2014, Popeyes perdió los derechos de las recetas de pollo y tuvo que pagar a otra compañía $40 millones para continuar sirviendo su clásico pollo frito al estilo sureño.
Por lo tanto, la decisión de Popeyes de mantener su menú con el pollo frito marcado no se trata solo de lo que buscan sus clientes, se trata de lo caro que era para la cadena mantenerlos.
Incluso si el menú se considera poco saludable, Popeyes sigue siendo una de las pocas cadenas de este tipo que sirve verduras a los clientes.