Opinión

Exportemos

Más allá de la guerra de indicadores que, en innumerables ocasiones, sirven para defender la imagen política de autoridades y responsables, están los efectos reales y los estragos que se profundizan en mercados y particulares como consecuencia de una economía en apuros en su temprana recuperación. Así, la economía mexicana ha dado pasos sumamente modestos hacia una plenitud que da lugar a la fortaleza. Y esa fortaleza se ha buscado defender en varias ocasiones a partir de la visualización de los resultados obtenidos en materia de exportaciones.

Es cierto y sin duda que este sector presenta cifras positivas en cuanto a su incremento. En tal idea, el sector exportador crece incluso a un ritmo superior al de la propia economía; lo anterior en el orden de dos a uno según datos del propio Banxico. Pero cuando profundizamos en el análisis del peso y volumen específico de las mercancías exportadas, nos encontramos con que estamos inmersos en un período de contracción que deriva de una multiplicidad de factores. Podríamos, sin embargo, englobarlo en un par de generalidades que abarquen lo que, aun con el crecimiento mencionado, ha sido insuficiente para poder revertir las graves desaceleraciones que han experimentado los sectores agrícola, petrolero y energético en los últimos cuatro años.

En ese entendido, lo que hay es una contracción que en el último año tiende a acelerarse. Estas condiciones generales que promueven tal contracción podrían incluirse en una inversión insuficiente y en una reducción de los incentivos a la producción, especialmente en el campo mexicano.

El crecimiento acumulado en cuatro años del volumen de productos correspondientes a las exportaciones mexicanas apenas bordea el 4.7 por ciento. Esto quiere decir que, aun cuando se desprenda de un crecimiento superior al de la propia economía, el incremento se encuentra en el valor ponderado de los productos exportados y no en un mayor dinamismo en la cantidad de los productos mismos. Desde ese punto de partida, en el desglose de lo que ha crecido y decrecido, se acentúa el descenso de las exportaciones petroleras y se experimenta un crecimiento en el sector manufacturero no automotriz. Y sin embargo, las cifras predecibles para el nivel del valor de las exportaciones mexicanas se estiman en alrededor de 500,000 millones de dólares este año según datos del Consejo Empresarial Mexicano para el Comercio Exterior, la Inversión y la Tecnología.

Por tanto, la reflexión adecuada en este caso gira en torno a cómo estamos exportando, y qué estamos incentivando desde la producción nacional que termina en la causa de una exportación útil para la economía mexicana.

Hay mucho por hacer para lograr una integración comercial más ágil al amparo de la operación del T-MEC y mucho por hacer en cuanto a la creación de infraestructura que sustente dicho intercambio comercial. Así, tendremos que estar a la altura del crecimiento estratégico que representa una oportunidad real de recuperación económica.

Twitter: @gdeloya