México, energía: ¿sí o no?

El tema energético marcó el encuentro en Washington entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y empresarios de México y Estados Unidos.

La política energética del gobierno mexicano -que ha provocado un fuerte enfrentamiento con las empresas de petróleo, gas y electricidad y ha resultado en una disminución de sus inversiones- estuvo en torno a la "reunión" en la que se llevó a cabo el diálogo de alto nivel.

Y es que, aunque el presidente de México le dijo al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que empresas de ese país harán inversiones millonarias en México en varios proyectos, se han aplicado políticas públicas en contra de las inversiones que se realizan y buscan realizarse en diferentes campos energéticos.

Cabe señalar que, en las últimas semanas, tanto Pemex como la CFE anunciaron inversiones de la empresa neoyorquina New Fortress Energy por un total de 3,700 millones de dólares para la producción de gas natural -bajo un esquema de asociación público-privada- y, una proyecto de licuefacción en Baja California Sur.

Parece que el gobierno de López Obrador mantiene su política energética nacionalista, excepto en aquellos proyectos y regiones en los que determina que sí permite inversiones y esquemas que generalmente no acepta.

Las señales del gobierno, en este sentido, son contradictorias y confusas. Seguramente por tanta incertidumbre, además de las caras y sonrisas que posaron para la fotografía antes y después de la reunión en Washington, quedaba poco por incluir en la agenda de los acuerdos puntuales.

El balance es un conjunto de varias señales. Una apuesta espectacular pero difusa, de inversiones por 40 mil millones de dólares, de empresas estadounidenses en México para lo que resta del sexenio; la expresión abierta de "dudas" sobre la política energética de México por parte de empresarios norteamericanos; y, el reiterado reclamo de seguridad jurídica por parte de los empresarios mexicanos quienes señalaron el sobrediagnóstico del problema y la necesidad de ejecutar las acciones necesarias para aprovechar las oportunidades.

El nivel de los asistentes, dio para mucho más. Asistieron, el empresario más poderoso de México, Carlos Slim. El líder de la organización que agrupa a los consorcios más importantes del país, el Consejo Empresarial Mexicano: Antonio Perochena. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes. El presidente de la ABM, Daniel Becker y Gina Diez Barroso, presidenta y directora ejecutiva de Grupo Diarq. De los empresarios estadounidenses se destacaron los representantes de las empresas energéticas. Estuvieron Tania Ortiz Mena, de IEnova-Sempra; Neil Herrington, vicepresidente sénior de la Cámara de Comercio de EE. UU.; Jeff Martin, director ejecutivo de Sempra Energy; y Arturo Saval, presidente de Nexxus Capital.

Además Patrick Ottensmeyer, presidente y CEO de Kansas City Southern y Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México. Fue el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, quien comentó que empresarios estadounidenses expresaron sus “dudas” sobre la política energética de México durante el foro realizado en Washington con el presidente mexicano López Obrador. "Si hay dudas, hay peticiones" y el Gobierno de México "se ofreció a resolverlas y atenderlas", dijo a la prensa.

También aseguró que se habló de inversiones de "miles de millones" de dólares.

El presidente de los banqueros, Daniel Becker, dijo que los representantes de la iniciativa privada pidieron al mandatario mayor seguridad jurídica, transparencia y que las medidas para minimizar riesgos y aprovechar oportunidades se apliquen "más rápido".

De los 40.000 millones de dólares de inversión a realizar, no se dieron más detalles. Quizás formen parte del tercer paquete de inversión en infraestructura que lleva más de un año y medio de retraso en anunciarse.

Es de esperar que tales inversiones se logren y atraigan la atención de aquellos que quieran aprovechar el nearshoring. Por ahora, todavía están en el reino de lo intangible. Vamos a ver.

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