Un nuevo camino para México (II)

El México que tenemos desde hace 50 años es un país exageradamente desigual que crece poco y no ofrece oportunidades. Si realmente queremos progresar, tenemos que proponer un nuevo camino para sacar al país de la mediocridad en la que hemos vivido.

El principal problema al que nos hemos enfrentado es que el gasto público es muy bajo y el Estado mexicano no ha tenido ni tiene los recursos suficientes para impulsar el crecimiento económico y cambiar la realidad de pobreza en la que vive más del 50% de la población. .

El gasto público es muy bajo para ofrecer educación, salud, vivienda, servicios públicos de calidad, para proteger el medio ambiente, para garantizar la seguridad y el acceso real a la justicia para toda la población. El gasto público también es muy bajo para invertir en la infraestructura que requiere el país y para impulsar la inversión privada, que también históricamente ha sido muy baja.

Somos el país con el gasto público y social más bajo de las naciones que integran la OCDE y si queremos llegar a los niveles de desarrollo de esos países, primero tenemos que fortalecer el Estado.

Si queremos un México más justo y con oportunidades para todos, necesitamos un Estado y un sector privado más fuertes, priorizar la inversión pública y privada, la generación de empleos y oportunidades, y simultáneamente incrementar el gasto público para lograr la igualdad social y un piso más equitativo de todos.

Si realmente queremos comprometernos con mejorar la calidad de vida de toda la población y reducir la pobreza, el primer paso en la agenda nacional debe ser el aumento de los ingresos y del gasto público a través de una reforma fiscal que recaude más a los que tienen.

Hay que tener claro que si no se aumentan los ingresos y el gasto público, todo lo que se promete será mentira, como ha sucedido en todos estos años.

Para garantizar a las personas sus derechos sociales, eliminar la pobreza y hacer que el país crezca a un ritmo más acelerado, tenemos que aumentar los ingresos y el gasto público en un 6% en los próximos seis años para canalizarlos a:

Transformación y modernización de todo el sistema educativo (1%).

Garantizar el acceso gratuito a salud preventiva, vacunación, hospitalización, medicamentos y traslados (1%).

Vivienda y servicios públicos (1%).

Protección y rehabilitación del medio ambiente y desarrollo de energías limpias (1%).

Inversión pública en desarrollo y mantenimiento de la infraestructura pública del país (1%).

Seguridad pública y fortalecer el estado de derecho y la administración y administración de justicia (1%).

Enfrenta la realidad

Cualquier propuesta de gobierno que ofrezca mayor crecimiento económico y mayor inversión y gasto público en educación, salud, vivienda, protección ambiental, justicia y seguridad, sin comprometerse primero a aumentar los ingresos públicos, es pura palabrería.

Sé que no es políticamente correcto poner el aumento de los ingresos públicos en el centro de la propuesta de gobierno, pero no hacerlo es volver a ofrecer ilusiones a la gente, como lo han hecho los últimos candidatos y presidentes de la República.

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