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La población no atendida por la banca comercial, pero que recibe servicios financieros de las cooperativas de ahorro y préstamo (socaps), ha mantenido la estabilidad en sus ahorros a pesar de los efectos de la contingencia sanitaria por el coronavirus (Covid-19).
Al cierre de 2021, los depósitos tradicionales del sector se ubicaron en un saldo de 172,422 millones de pesos, es decir, un crecimiento anual de 4.4%, donde los depósitos a la vista inmediatos representaron el 58.1% del ahorro total, seguidos por los depósitos a plazo, que conformaron 41,4% del total de depósitos, mientras que los préstamos de otras agencias representaron sólo el 0,2% del total de depósitos.
Esta estabilidad en la captación de ahorros en el sector cooperativo, conformado por 155 entidades en operación, hace que estas entidades tengan una baja necesidad de fuentes de financiamiento para prestar, especialmente en las comunidades rurales, ya que actualmente el 99.8% de las fuentes de financiamiento del gremio provienen de recaudando recursos de sus más de 8,2 millones de miembros.
“Las socaps operan al amparo de la Ley para Regular las Actividades de las Cooperativas de Ahorro y Préstamo (LRASCAP) y forman parte de la actividad económica del sector social, con el objetivo de satisfacer la demanda de productos y servicios financieros de la población no atendida por la sector bancario”, se puede leer en el último informe del Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF).
Para la CESF, si bien el tema del ahorro se encuentra estable dentro del sector, se ha identificado un riesgo de concentración en los depositantes, por lo que es algo que se debe trabajar en el futuro.
En el informe, elaborado por las autoridades del sistema financiero mexicano, se destaca que si bien el sector cuenta con estimaciones suficientes para sus riesgos crediticios, y así cubrir cartera vencida y pérdidas asociadas a la misma, dada la naturaleza de sus operaciones, el sector se encuentra expuestos a factores que pueden impactar un incremento en el riesgo crediticio.
Estos factores son principalmente:
- Debilidad en las acciones diseñadas para la evaluación y seguimiento continuo de la capacidad de pago de sus acreditados, garantías y obligados solidarios, lo que limita la oportuna aplicación de medidas ante eventos que erosionen sus ingresos.
- Falta de calidad en la formalización de garantías reales, asociadas a financiamientos de calificación y avío, y repuestos, lo que limita que el mecanismo de garantía se constituya en una verdadera herramienta para reducir su exposición.
Proceso de consolidación
El sector de las socaps ha experimentado un proceso de consolidación desde el año 2000, que se intensificó a partir de 2014 cuando vencieron los plazos para solicitar autorización a las autoridades financieras, específicamente a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Actualmente, existen 155 socaps autorizadas, que representan el 96% de los activos totales del sector y el 91% de los socios.
El resto está en cooperativas a la espera de ser autorizadas, entidades de nivel básico que no requieren autorización por su tamaño patrimonial, y entidades que están a la espera de una salida ordenada.
El beneficio para las personas que son socias autorizadas es que cuentan con una cobertura de seguro de depósito de hasta 25.000 udis, que son unos 170.000 pesos.
“La cuenta de seguro para proteger los depósitos de los socios ahorradores de las sociedades cooperativas autorizadas por la CNBV asegura que el 98.18% de los socios estén cubiertos en la totalidad de sus ahorros en los términos de las disposiciones aplicables”, destaca el Fondo Supervisor Auxiliar de Socaps y Protección a sus Ahorradores.
Si bien se ha avanzado en el proceso de consolidación del sector cooperativo, aún existen cerca de 100 entidades que están a la espera de que se aplique un plan de salida ordenada para cerrar sus operaciones, las cuales atienden a poco más de 482.000 personas, ubicadas principalmente en zonas con poca presencia de otras entidades de servicios financieros.
Comportamiento
La CESF destaca que los efectos económicos de la actual pandemia se sintieron en el comportamiento que tuvo el sector durante el primer semestre de 2021; sin embargo, a partir del segundo semestre del año anterior hubo una recuperación.
De acuerdo, el Focoop también destaca el comportamiento del sector durante este período de pandemia:
“En el año 2021, el sector de las socaps continuó trabajando intensamente; por un lado, las socaps autorizadas dando cumplimiento a sus obligaciones bajo la LRASCAP y demás normas legales, con sus fundamentos financieros, y el aprovechamiento del vínculo de identidad cooperativa entre sus asociados y la experiencia del gobierno cooperativo, para solucionar adecuadamente la crisis derivada de la pandemia del Covid-19, mostrando resiliencia y por otro lado tratando de concluir el proceso de cinco que no han obtenido su autorización”.
Al cierre del año pasado, el sector registró una cartera crediticia de 117,490 millones de pesos, es decir, un crecimiento anual de 1.7% con una morosidad de 4.59 por ciento. La utilidad del sector fue de 3.343 millones de pesos, es decir, un crecimiento real de 2,2% respecto a igual período de 2021.