Un desplome del mercado como el de 2018 podría llegar a finales de año

El índice de Wall Street cae
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Por Michael Kramer

La reunión de la Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de El Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) el 22 de septiembre resultó deparar muchas sorpresas.

La primera sorpresa para muchos fue el agresivo discurso de Powell en la conferencia de prensa de que la flexibilización cuantitativa comenzaría a retirarse pronto.

La siguiente sorpresa fueron las previsiones de una subida de tipos en 2022 y hasta cuatro subidas para finales de 2023. La mayoría de los mercados han respondido correctamente, subiendo con el dólar y aumentando el rendimiento de los bonos del Tesoro.

La curva de rendimiento se ha desplazado de forma bastante drástica, elevando las tasas de toda la curva a los dos años, con un aumento significativo en los bonos a dos años, que ya ha ganado casi ocho puntos básicos (pb) hasta aproximadamente 30 pb. Mientras tanto, las tasas a cinco, siete y diez años han subido 16 puntos básicos o más.

Aplanamiento de la curva

El impacto inmediato fue que la curva de rendimiento se aplanó, pero la curva ha comenzado a empinarse con el aumento en el margen de rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 a dos años. Pero quizás lo más importante es que la curva de rendimiento general se ha aplanado drásticamente desde principios de la primavera, cuando el mismo margen era de casi el 1,6%.

Este es un cambio sutil pero trascendental, ya que el frente de la esquina ahora está subiendo, mientras que el extremo largo de la esquina no está aumentando lo suficientemente rápido. Es la forma que tiene el mercado de bonos de sugerir que el alimentado será mucho más agresivo en el futuro, pero con una economía que probablemente no crecerá tan rápido.

Dólar en alza

El índice del dólar parece confirmar la visión de la curva de rendimiento, alcanzando su punto más alto desde el otoño de 2020. Tiene sentido que el dólar se fortalezca si la Fed pone fin a la flexibilización cuantitativa y suben los tipos a corto plazo. Parece que el dólar también se está preparando para una Fed más agresiva en el futuro.

Las acciones no están listas

El mercado de valores parece no estar preparado para este cambio de paradigma. La valoración del S&P 500 se mantiene en niveles históricamente altos, negociando el índice alrededor de 20,5 veces sus estimaciones de ganancias para los próximos 12 meses.

Aunque el índice PER ha caído desde sus máximos de septiembre de 2020 de 23,5, sigue siendo extremadamente alto en comparación con los niveles históricos. En los últimos 10 años, el índice se ha mantenido en un ratio medio de 16,6, y en los 20 años anteriores, de 15,7. El único período que es igual al múltiplo actual del mercado es a finales de la década de 1990.

La valoración del S&P 500 indica que el mercado sigue creyendo que la Fed mantendrá su carácter ultra acomodaticio y que habrá un fuerte crecimiento económico. La curva de rendimiento sugiere exactamente lo contrario.

El mercado de acciones parece estar empezando a captar esta idea, con el índice en el 5% de sus máximos, aunque el múltiplo del mercado sugiere que todavía queda mucho más riesgo a la baja.

Además, parece natural que el mercado de valores rechace un cambio en la política monetaria de la Fed, especialmente de esta magnitud. El mismo escenario ocurrió en el otoño de 2018, cuando la Fed se preparaba para seguir subiendo las tasas de interés. El mercado luchó contra la postura monetaria de la Fed y, al final, ganó el mercado de valores.

El aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro y un dólar más fuerte significan que los precios de las acciones tienen que caer, y cuanto más suben, más consolidará el mercado su teoría de que la Fed va a adoptar una postura más agresiva. Si a esto le sumamos la ralentización del crecimiento del PIB, todo apunta a un colapso de la bolsa similar al de 2018.

Este artículo apareció por primera vez en Investing.com

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