Recuperación económica dispar

El mundo observa cómo se está dispersando la pandemia de Covid excepto por pasar el invierno enojado para tomar las calles. Por muy pronunciado que pueda ser este nuevo avance del virus, está claro que los gobiernos no volverán al encierro como lo hicieron el año pasado. Nada impedirá que las economías avancen. La existencia de múltiples vacunas, tratamientos y conciencia social para la atención se suman a la urgente necesidad de reactivar todas las actividades. Tienes que superar el miedo y la incertidumbre. En términos económicos, el confinamiento ha costado miles de millones de dólares y ha aumentado el número de personas que viven en la pobreza.

Lo que preocupa, sin embargo, es la desigual evolución económica que estamos observando. En efecto, mientras que Canadá, España, Portugal o Dinamarca han vacunado al 80% de su población, Inglaterra y Estados Unidos han vacunado al 70%; hay naciones que ni siquiera han comenzado a inmunizar, en el caso de América Latina el promedio es de 34 por ciento. Esta realidad sumada al hecho de que la mitad de los países no podía contar con acciones de estímulo fiscal y monetario para paliar los efectos del encierro, menos para promover una recuperación. El quid es que, fundamentalmente, estamos asistiendo a una economía global integrada donde buena parte de las naciones están vinculadas entre sí a través de cadenas de suministro de materiales y servicios para la elaboración de productos finales.

A lo anterior hay que sumar los pequeños secretos que pueden surgir en los próximos meses, como es el caso de la empresa china Evergrande, que de la noche a la mañana dejó de ser la fascinación de Occidente para convertirse en un gigante con pies de barro. ¿Cuántas empresas, bancos o gobiernos han mantenido en el armario la realidad de sus números? Es difícil pensar que después de año y medio de crisis de salud pública, estancamiento económico e incertidumbre no haya más casos de balances de situación comprometidos e incluso engañosos. Esta vez es una empresa asiática, ayer fue Enron, Parmalat, Lehman Brothers, no sabemos mañana. Es cierto que los gobiernos están decididos a no volver al encierro, aunque también es cierto que tanto el riesgo de sorpresas está latente como lo desigual que será la recuperación económica. Esto traerá problemas de oferta, mayores precios de la energía, escasez de productos con fuerte impacto en la inflación global, costo del dinero y presión sobre los tipos de cambio, así como mayor pobreza. Quien piense que todos acabaremos con la pesadilla de Covid abrazando tecnología, aplicaciones, comprando en Amazon para recibir mercancías en la puerta de nuestros hogares, olvida a más de la mitad de los habitantes de este planeta.

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