La escasez de suministros afecta ya a la producción del 37% de las industrias españolas
La falta de suministros se propaga como una marea negra y amenaza con ejercer presión adicional sobre los precios y traspasar los límites de las empresas industriales, donde actualmente parece encapsulada. El último informe trimestral del Banco de España, basado en encuestas de la Comisión Europea, sostiene que el 22% de las empresas manufactureras españolas se vieron obligadas a reducir su oferta el pasado mes de julio por falta de suministros -material o equipos-, mientras que el porcentaje de empresas afectadas de alguna manera en su producción creció hasta el 37%.
Se trata de los ya famosos semiconductores, pero también de productos químicos, plásticos, madera o metales industriales, que han llegado a complicar aún más los problemas existentes con el transporte marítimo. La institución señala que el proceso amenaza con "apesar el proceso de recuperación económica", sobre todo si los problemas acaban afectando a aquellas ramas de servicios con mayor vocación manufacturera, entre las que cita "el transporte, el comercio mayorista y algunos servicios profesionales".
Esta escasez de bienes, que afecta al 45% del valor agregado bruto de la manufactura del país, ocurre cuando el mercado muestra una “fuerte demanda”. Y "es posible pensar", reza el informe de la institución, "que los cuellos de botella que se han registrado desde finales de 2020 podrían haber contribuido de forma significativa a la producción industrial de la UEM [la eurozona], altamente dependiente de la importación de materias primas y bienes intermedios, durante el primer semestre de 2021 ″ y un aumento de los precios al productor, que amenaza con prolongarse o exacerbarse en el futuro. Los precios sufren desviaciones de alrededor del 40% en comparación con los promedios históricos.
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España no es el país de la Unión Europea más afectado. En Alemania, una locomotora industrial europea, el 71% de las empresas manufactureras vieron afectada su producción en julio, un impacto muy superior al 42% detectado en abril. Para el conjunto de la Unión Económica y Monetaria, este impacto es del 40% (7% a finales de 2020).
La industria de todo el mundo sufre el problema desde finales del año pasado, cuando el comercio mundial buscaba volver a una cierta normalidad tras el frenazo sufrido por los primeros trimestres de la pandemia. Esa recuperación puso de manifiesto disfunciones entre las necesidades de la industria y la capacidad de sus proveedores, que se ha llegado a ver sobre todo en la industria de la automoción. Las fábricas de todo el mundo han tenido que reducir la producción e incluso bajar las persianas durante días. Detrás de esto está la incapacidad de sus departamentos de compras para obtener volúmenes suficientes de chips para los autos que fabrican porque, entre otros factores, los fabricantes de electrónica de consumo se han aprovechado de ellos, ya que su demanda no cayó (en realidad creció con el teletrabajo y teniendo que pasar más horas en casa) durante los meses más duros de la crisis del coronavirus.
La existencia de estos cuellos de botella se está revelando en los indicadores PMI (índices de los gestores de compras, que se consideran un indicador avanzado del mercado) sobre el retraso en los plazos de entrega que deben cumplir los proveedores. El Banco de España subraya que el incremento registrado en estos registros no tiene precedentes en la zona euro, mientras que no existen problemas en cuanto a la capacidad instalada de la industria europea, que, si pudiera, podría asumir mayores volúmenes de producción. "En los últimos meses, las existencias de productos terminados en la zona del euro también se han reducido a niveles históricamente muy bajos", dice el informe.
Material eléctrico y plástico, detrás del motor.
El servicio de estudios de la institución ha elaborado una tabla en la que disecciona el impacto de la escasez de oferta por sectores. Son los productores de vehículos de motor los que más sufren la brecha. El 43% de sus empresas, que representan el 9,2% de la economía, tienen una capacidad de producción limitada. Solo los superan los fabricantes de material y equipamiento eléctrico (48%) y caucho y plásticos (53%), aunque los pesos de estos dos sectores son menores (3,6% y 4,8%, respectivamente).
En el caso de la industria del automóvil alemana, el 88% de las empresas redujeron su producción en julio porque no tenían suficientes suministros. Pero en el país alemán el impacto es casi similar en el resto de sectores: material y equipamiento eléctrico (82%), informática y electrónica (88%), productores de caucho y plástico (91%) y plantas de refinado de coque y petróleo (100%). %), entre otros.
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