Hotusa: 130 millones de pérdidas y pendiente de un balón de oxígeno de 240 millones
2020 fue un verdadero año horrible para las empresas turísticas y Hotusa no escapó de esa norma. Las cuentas anuales presentadas por la hotelera catalana ante el regulador bursátil analizan uno de los períodos más difíciles de sus más de cuatro décadas de historia, con una caída de la facturación que alcanza el 76% como consecuencia de los encierros y el cierre de establecimientos. El año finalizó con unas pérdidas netas de más de 130 millones, frente a unos beneficios de casi 68 millones conseguidos en los doce meses anteriores. Todo ello a pesar de implementar intensas medidas para reducir gastos y lograr liquidez. En septiembre pasado solicitó al fondo de rescate de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) un globo de oxígeno de 240 millones que aún está pendiente de resolución.
Más información
El turismo se ahoga en deudas
El efecto del coronavirus en la actividad turística, y en particular en la hotelera, supuso un duro golpe para la línea de flotación de Hotusa. La cadena, que gestiona 200 hoteles principalmente a través de las marcas Eurostars y Exe, vio caer sus ingresos de casi 1,270 millones en 2019 a menos de 310 millones el año pasado. A pesar de que los gastos cayeron significativamente - los suministros pasaron de 790 millones, en 2019, a 193 millones y el pago de salarios bajó de 108 millones a 58 millones - el resultado operativo fue inevitablemente negativo en 127 millones (frente a 124 millones). millones positivos hace dos años). Las pérdidas antes de impuestos aumentaron a casi $ 156 millones.
El informe anual de la compañía admite que “el estallido de la pandemia del covid-19 y las medidas adoptadas por los gobiernos de países de todo el mundo para mitigar su propagación han afectado significativamente al grupo”, especialmente por los cierres de hoteles por largos periodos de tiempo . Pero Hotusa estima que los 103 millones de liquidez que tenía al 31 de diciembre y el plan presentado al respecto son "suficientes para cubrir sus necesidades operativas" durante este ejercicio. A partir de este 2021, los responsables de la cadena esperan "una recuperación de las ventas y una apertura casi total" en la segunda parte del año. Pero admiten que aún así la capacidad productiva será "entre el 40% y el 50%" de la que tenían en 2019 y no se recuperará por completo al menos hasta 2023.
Es por ello que la compañía "espera seguir en pérdidas durante el ejercicio 2021" y "poder volver a obtener beneficios a finales de 2022". La memoria da cuenta de las herramientas con las que la gestión del grupo hotelero busca garantizar su supervivencia. El primero de ellos es la obtención de financiación adicional, para lo que se citan conversaciones con entidades financieras. En 2020, la matriz del grupo hotelero y sus filiales ya solicitaron préstamos por más de 104 millones a diferentes bancos en las líneas garantizadas por el ICO (Instituto de Crédito Oficial). Santander ofreció más de un tercio de esa cantidad a través de dos préstamos. Además, varias filiales solicitaron préstamos al Institut Català de Finances por un valor combinado de 15 millones. Las deudas con entidades de crédito el año pasado ascendieron a 847 millones, frente a 757 millones en 2019. Sin embargo, la deuda con vencimiento a corto plazo se redujo respecto al año anterior, de 87 millones a 74 millones.
Rescate millonario
Paralelamente, la empresa inició el proceso para obtener dinero del fondo de rescate SEPI. El informe anual no detalla el monto solicitado, pero sí especifica que se utilizará “para cubrir las necesidades de liquidez que puedan ocurrir en los próximos dos años. [en referencia a 2021 y 2022]”. También declara que la empresa "es elegible y cumple todos los requisitos" para obtener la ayuda. Fuentes familiarizadas con el proceso sitúan el rescate solicitado en más de 240 millones, que aún está pendiente de resolución. Esa cantidad la convierte en una de las más elevadas jamás solicitadas por las empresas turísticas. Entre las ya resueltas, la más alta son los 475 millones concedidos a Air Europa, seguida de los 320 millones de Ávoris (la compañía que fusionó las agencias de viajes de los grupos Barceló y Globalia).
Otro mecanismo que tiene Hotusa para capear la crisis es la renegociación de los contratos de alquiler. La mayoría de los hoteles que administra no son sus propios edificios y paga un contrato de arrendamiento por ellos. La memoria asegura que hay margen adicional para negociar rentas más bajas. El año pasado, los acuerdos con los propietarios le llevaron a ahorrar unos 23 millones de euros, pagando un total de 79 millones en rentas de explotación. Los dos más grandes, según las cuentas, son los que pagan el Eurostars Madrid Tower, un hotel ubicado en uno de los cuatro rascacielos que cierran el Paseo de la Castellana en el norte de la capital, y el Eurostars Grand Marina, otro hotel. en un edificio emblemático, en este caso en el puerto de Barcelona. Juntos, representaron un gasto de 14 millones el año pasado. En la necesidad de encontrar liquidez, Hotusa también ha recurrido a la venta de un establecimiento propio, como cita en los hechos tras el cierre con un hotel en Madrid que vendió el 4 de marzo de este año y para el que obtuvo más de 13 millones.
Otras medidas que la compañía cita para preservar su posición financiera incluyen reducir los gastos de capital y márketing o la congelación de contrataciones no esenciales. En el capítulo de personal, las cuentas indican que "prácticamente toda la plantilla" ya se vio afectada por los ficheros de regulación de empleo temporal (ERTE) en 2020. El ahorro de coste estimado de estos despidos temporales, que se informa en el apartado de ayudas del Estado, es de 59 millones de euros. Esta circunstancia imposibilita que la empresa considere distribuir dividendos con cargo al año pasado, indican las cuentas anuales.
Este contenido fue publicado originalmente en: Link