SOS: Seguro de desempleo a la vista

SOS: Seguro de desempleo a la vista

El 75% de los trabajadores del mundo no tiene seguro de desempleo. ¿Debería México tener un programa público para atender a los trabajadores que han perdido su empleo ...? Si la respuesta es sí, ¿qué características debe tener la versión mexicana?

En México hay 2,3 millones de parados, según la Encuesta de Ocupación y Empleo del Inegi. Aproximadamente 650.000 de ellos han estado sin trabajo durante más de tres meses. Este dato ahora es relevante porque un diputado del PAN y un diputado de Morena presentaron propuestas para crear un seguro público de desempleo. Sus banquillos lucharon por la paternidad de la idea. Nadie mencionó que la idea es otra cosa que nueva. El establecimiento de la protección por desempleo fue el Compromiso 4 del Pacto por México. Se firmó a principios de la pasada administración y cayó en el olvido. Más que un debate de alto perfil, en la Cámara tuvimos un atolladero de insultos poco creativos y una exhibición pugilística muy pobre.

Los panistas proponen un apoyo que duraría hasta cuatro meses y que en total sería un máximo de 17.610 pesos por persona. Costaría 11.406 millones de pesos y los fondos provendrían de recortar el 8.5% de los principales proyectos del presidente en el presupuesto 2022: Tren Maya, Dos Bocas, Aeropuerto Felipe Ángeles, etc. Por el argumento, parece implicar que el seguro de desempleo no lo haría. será necesario a partir de 2023 en adelante.

Por parte de Morena, la propuesta es reformar el artículo 123 para elevar el seguro de desempleo a rango constitucional. Los recursos provendrían de la recuperación de activos como resultado de la corrupción y otra vuelta de tuerca en la austeridad. En la iniciativa de Moreno no podemos decir que las cifras no cuadren, porque no sabemos cuáles son sus datos: ¿Cuánto recibiría cada desempleado, durante cuánto tiempo? ¿Cuánto se gastaría en total?

La Organización Internacional del Trabajo, durante más de tres décadas, se ha referido al seguro de desempleo como una política pública deseable. Para que funcione, debe ir acompañado de varias medidas. Más allá de una transferencia financiera, las mejores prácticas internacionales recomiendan apoyo para la formación y / o desarrollo de nuevas habilidades, ayuda para encontrar trabajo y, en algunos casos, asistencia social que incluye atención a problemas de salud mental y prevención de adicciones.

En Europa, la mayoría de los países cuentan con ayuda por desempleo. Australia, Nueva Zelanda y Japón también han desarrollado programas. En el continente americano, el apoyo más importante corresponde a los países más ricos, Canadá y Estados Unidos. ¿Alguien se pregunta que haya más apoyo a los mexicanos desempleados en Estados Unidos que en México?

En América Latina, al menos seis países cuentan con apoyo por desempleo. El primero en establecerlos fue Uruguay, que otorga ayudas decrecientes hasta por seis meses. Le siguieron Chile, Argentina, Brasil y Colombia. El caso más reciente es el de Ecuador, que lo estableció en 2016. El modelo chileno tiene la particularidad de incluir una combinación de aportes públicos y privados.

México está retrasado en la implementación de políticas de apoyo a la población desocupada. La buena noticia es que se han involucrado las dos fuerzas políticas más grandes del país. La mala noticia, además de la evidente polarización, es que las propuestas son muy limitadas, se deben a la complejidad del problema.

El camino al infierno está lleno de buenas intenciones. Es de destacar que los legisladores se refieren al desempleo como un subproducto de la crisis de Covid-19. Suponen que este problema socioeconómico dejará de ser relevante a medida que pase la pandemia y sus secuelas. La propuesta del PAN se enfoca solo en la economía formal y Morena habla de decretar una Ley Constitucional, sin definir costos ni fuentes de pago. Como si el 4T hubiera encontrado las Minas del Rey Salomón. La discusión sobre el futuro del trabajo no llegó al escritorio de los legisladores. Quizás deberían advertirte de la revolución que viene con la Industria 4.0, del riesgo de desempleo que traen la automatización, la robotización y la inteligencia artificial. ¿Estamos viendo a dos hombres calvos peleando por un peine? La frase es de Borges. Se refería a la Guerra de las Malvinas.

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