Por meses muchas familias esperaron el regreso a clases con el fin de que los niños y adolescentes salieran del encierro derivado del largo confinamiento para comenzar a retomar sus vidas. Además, el que los estudiantes regresaran a las escuelas permitiría que los padres que no los podían dejar solos retornaran a las actividades laborales, pero la variante Delta está complicando todo.
De acuerdo con The Hill, al menos, 90,000 niños han tenido que aislarse de sus compañeros de escuela debido a la exposición que han tenido a la Covid-19, en especial a la variante Delta, desde principios de mes de agosto. Según el reporte, probablemente que ese número aumente a medida que se abran más escuelas en septiembre.
El que el coronavirus afecte a los niños, de ninguna manera, es una buena noticia para los padres de familia, quienes al ver afectados a sus hijos tendrán que dejar de lado, otra vez, sus intenciones por recuperar sus actividades laborales. En 2020, cuando se decretó el confinamiento obligatorio miles de estadounidenses renunciaron a sus puestos de trabajo al no tener con quién dejar a sus hijos.
Cifras correspondientes a julio del Departamento de Trabajo señalan que, al menos, 1.6 millones de estadounidenses estaban sin trabajo y no intentaron regresar al mercado laboral por alguna razón relacionada con la pandemia, entre éstas, el no contar con cuidado infantil. Esto ha sido una verdadera limitante para los empleadores de todo el país para llenar sus vacantes.
A pesar de que más del 73% de los estadounidenses han sido vacunados, al menos con una dosis, la variante Delta está expandiéndose a gran velocidad por todo el país. De acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) esta cepa es mucho más transmisible que las variantes anteriores y es una amenaza para quienes no están vacunados.
La pandemia ha dejado consecuencias devastadoras no sólo para la salud pública, sino también para la economía nacional y de las familias, quienes perdieron su empleo, en especial para quienes renunciaron para cuidar a sus hijos, pudieron subsistir gracias a los cheques de estímulo, así como también de los beneficios por desempleo.
En un principio se pensó que a estas alturas del año, los apoyos pandémicos ya no serían necesarios porque los casos de coronavirus irían a la baja, por tal razón millones de estadounidenses se podrían reincorporar a la vida laboral, pero por cómo se están dando las cosas, esto no será posible ya que los casos van al alza, pero esta vez ya no hay apoyos federales.
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