Estragos metodológicos de la Cuarta Transformación

Al proporcionar su estimación de la cancelación del NAIM, implícitamente el secretario Herrera refutó la cifra que antes había dado el propio presidente...

En su decisión de atacar y desprestigiar a la Auditoria Superior de la Federación (ASF), el hasta antes respetado secretario de Hacienda, Arturo Herrera, se dio un disparo en el pie o lanzó un bumerang que de regreso lo golpeó en la cabeza. Saliéndose de su estilo discreto, el secretario Herrera recurrió a los calificativos y acusó que en las “cuentas (de la ASF) hay un problema de preparación básico y un problema de mala fe”.

¿Está absolutamente seguro el ministro de que los auditores de la ASF son mal intencionados? Pero el meollo del asunto no está ahí, sino en la estimación del costo de la cancelación que proporcionó el secretario: 163,540 millones de pesos. Resulta que al sacar esa cifra, implícitamente denunció y refutó el calculo que antes había aportado y confirmado el propio presidente de la República: 100,000 millones de pesos.

Explicado lo anterior, procede preguntarle desde esta humilde tribuna al secretario Herrera: ¿por la subestimación flagrante en esa evaluación, también al mandatario le son aplicables las acusaciones de adolecer de “problemas de preparación básica” además de mostrar “mala fe”?

Debe quedar claro que lo que está en discusión en la polémica que ha desatado el dictamen de la ASF no es un problema meramente metodológico. Lo que está en la médula de este asunto es la furia destructiva que ya es característica distintiva del gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación. O más bien, distintivo central en el estilo personal de gobernar del presidente López Obrador. Tan solo imagínese el lector: la cifra aportada por el secretario Herrera para la cancelación del NAIM corresponde aproximadamente a 8.2 miles de millones de dólares.

Cabe imaginar el número de pequeños negocios que podrían salvarse de la crisis con ese dinero que prácticamente se tiró a la basura por un capricho del poder. Y el número de viviendas de interés social que se podrían haber edificado.

Sin embargo, el escándalo no termina en la estimación de lo que costó cancelar el aeropuerto. De manera adicional, el dictamen de la ASF denunció irregularidades en el gasto público durante el año 2019 (primero del sexenio de López Obrador) por 67,498 millones de pesos. Según el presidente de la Auditoría Superior de la Federación, el economista David Colmenares Páramo, para llegar a esa cifra se realizaron 871 auditorias. ¿En esta materia también hubo problemas de mala metodología?

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