3 retos de la inspección laboral: desactualizada, mal pagada y sin perspectiva de género
Para que el modelo laboral en México pueda transformarse efectivamente, se necesita de una inspección efectiva. Y es la STPS quien debe tomar esa bandera y convertirla en su principal función, opina el académico Alex Covarrubias.
La inspección laboral en México, como se lleva a cabo actualmente, no asegura el empleo decente, la igualdad de género ni el ejercicio de los derechos colectivos, sostiene el investigador Alex Covarrubias Valdenebro.
Y con los cambios que supone la reforma de 2019 y la nueva realidad del país, el rol fundamental de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) debería ser esa, la de la inspección, agrega en entrevista.
“El nuevo modelo de relación laboral no es posible sin un nuevo modelo de inspección del trabajo”, apunta el académico. Y por delante “debe ir el capital humano”.
El especialista en temas laborales ha hecho tres recomendaciones puntales para lograrlo: actualizar el Reglamento General de Inspección del Trabajo y Aplicación de Sanciones es la primera de ellas. La segunda es incluir la perspectiva de género y la tercera, profesionalizar al personal que se encarga de esta tarea y otorgarle un plan de carrera con un buen salario.
En su estudio La inspección laboral en México: Propuestas para un modelo basado en el imperio de la ley, indica que, por décadas se mantuvo “una densa red de complicidades” para evitar una revisión efectiva. Esto afectó el trabajo, a las personas trabajadoras, a los sindicatos y minó las posibilidades de una sindicalización auténtica.
En esa red han participado entidades públicas y privadas del sector salud y seguridad social, tribunales y autoridades encargadas de impartir justicia en el trabajo. Pero también sindicatos, empresas y políticos, así como despachos privados de abogados, afirma en el estudio publicado por la Red de Mujeres Sindicalistas (RMS).
Reglamento desfasado de la realidad
El Reglamento General de Inspección del Trabajo y Aplicación de Sanciones vigente es el que se modificó en 2014; el primero fue creado en 1998. Pero incluso la última versión “corresponde a una época diferente del país y de instituciones de gobierno distintas”, explica. Por lo que es necesario actualizarlo.
En la introducción que la STPS redactó hace siete años para ese reglamento se señala que, sin hacer aún lado la vigilancia, esas disposiciones darán “pauta a las empresas para generar más fuentes de empleo formal”.
El énfasis en ese documento “es la creación y protección del empleo, al punto que pareciera perder la perspectiva, que es la vigilancia. Llama a que la ley misma se negocie ante la necesidad de proteger las fuentes de trabajo”, apunta Alex Covarrubias.
En los gobiernos anteriores “el discurso era: ‘olvídate de mejores salarios, olvídate de tus reclamos sobre mejores condiciones de trabajo. Lo que importa es que tengas empleo y que el país sea atractivo para la inversión extranjera’”.
La reforma a la Ley Federal del Trabajo de 2019 es “una aspiración a una nueva relación laboral”. Pero el actual reglamento de inspección no corresponde ella. El énfasis de la inspección debe estar en la vigilancia del cumplimiento de la ley, pero esa perspectiva básica está “ausente ahí”.
Perspectiva de género pendiente
La inspección en este país carece de una perspectiva de género, según el doctor en Relaciones Industriales y Laborales. “Es un elemento esencial, pero que está ausente”. Es una deuda histórica “que tenemos con las mujeres” y, en general, con las poblaciones discriminadas, como las indígenas, pero no se ha incluido esa visión, expone.
“Una inspección deficiente puede contribuir a crear otras tantas instituciones de gobierno corrompidas y un mundo del trabajo de empleos precarios, donde la discriminación y la desigualdad de género prevalezcan puerta tras puerta”, destaca el especialista en su estudio.
“Existen 35 normas oficiales mexicanas que atienden toda suerte de problemas y motivaciones. Lo que es insostenible es que ninguna de ellas corresponda al género”. Además de actualizar el reglamento de inspección con una perspectiva que busque eliminar las desigualdades contra las mujeres, “un protocolo y una norma de género son imprescindibles”.
Profesionales con salarios bajos
“No es que no haya un esfuerzo de profesionalizar al personal de inspección” en la actual administración de la STPS, afirma Alex Covarrubias. Pero es “insuficiente”. Se requiere “de más recursos financieros, de formación y de un marco legal que la respalden”.
Para trabajar realizando inspecciones laborales basta con tener la preparatoria. El salario promedio para esta posición es de 13,000 pesos mensuales, señala. “Es brutalmente evidente que un inspector necesita ser un profesional de carrera, con un nivel incluso de posgrado”.
La especialización que requiere ese perfil es muy alta, apunta. “La tarea que realizan es clave para México: la de regular el mundo del trabajo. Hablamos nada más y nada menos de la vida de las personas, la forma en la que mantienen a su familia, a la comunidad, al país mismo”. Tienen un alto grado de responsabilidad que ni la formación, ni el perfil, ni la remuneración corresponden.
Existen básicamente dos modelos de inspección. Uno, coloca el acento en la sanción y el otro, en educar. “¿Cómo crear una cultura de cumplimiento de ley?”, cuestiona el investigador.
Para el caso de México, con una historia de corrupción que ahora se busca eliminar, se tienen que combinar ambos modelos, opina. Pero, insiste, la esa gran tarea para inspección para cambiar el mundo de trabajo en México, debería ser “el rol fundamental” de la STPS. “Hacia allá debería canalizar la mayor cantidad de recursos de todo tipo de los que hoy se carece”.
Este contenido fue publicado originalmente en: Link